Panaderia Hermanos Ortiz en Ampuero

Hace unos días en una visita al pueblo cántabro de Ampuero, me fije en lo que parecía una panadería tradicional, así me lo confirmaron también un par de vecinos del lugar. Y claro con mis recienetes aficiones panarras he tenido que entrar.


Efectivamente, según me confirmó la mujer del panadero (no recuerdo el nombre), se trata de una panadería de toda la vida que lleva en el pueblo cociendo pan desde ha ce mas de 50 años. Siguen haciendo su pan ahora ayudados por algunas máquinas y tecnología moderna, pero con los mismo ingredientes de siempre, a saber: harinas, agua, sal y levadura.

Lo que mas me gustaría destacar a parte de que el pan estaba muy bueno, es el trato que me dieron, sin esconder nada pude ver desde el almacén de harinas hasta el silo, las cámaras de fermentación y el interior de los hornos. Una gente que se siente orgullosa de lo que hace y le gusta enseñar sin esconder debajo de la manta ni nada.

Elaboran el pan todos los días con prefermento que se prepara el día anterior. Utilizan máquinas de ayuda, en este caso formadoras, ya que según me dicen a parte de que el formado a mano conlleva mucho tiempo y esfuerzo físico, el tema sanitario les ha obligado a manipular con las manos lo mínimo posible las masas. A la izquierda de la foto las cámaras de fermentado. Y en la siguiente foto los hornos.


Aquí los carros con los panes restantes del horneado del día, el resto ya había salido par el reparto. Con los restos de pan que quedan, elaboran pan rayado y alimento para los animales, no se tira nada.


En estas siguientes fotos están las barras con el marcado especifico que realizan ellos, en forma de espiga.


Aquí dos chapatas, una de trigo normal y la otra con mezcla con harina de maíz.

Esta chapata de trigo con mezcla de harina de maíz y semillas de girasol se vino para casa. Pero la verdad es que duró poco, nos la zampamos en un suspiro.

A pesar de que ya tenía 2 días desde el horneado al llegara a casa seguía tierno y esponjoso, seguro que aguantaba mas, pero estaba demasiado bueno. Un par de chorizos ahumados y desapareció.

Algo de harina también me traje de allí, así que alguna que otra vez recordaré la visita a Ampuero.
Saludos y hasta la proxima

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